Estaba viendo la final de tennis. Bueno, viendo es una forma de decir. Mientras metía un carré de cerdo al horno, relojeaba al nene que estaba en la bañera y cada tanto cogoteaba a la tele. La verdad es que de tennis yo cero. En algún momento supe algo, pero como nunca me interioricé en el tema (es decir, no tuve ningún novio tenista ni aficionado al tenis) realmente no le di bola. Creo que hasta hoy... cuando ví que un pibe de 20 años se llevaba más de un millón de dólares de premio, y un auto de esos que ni sé nombrar. Bueno, y sólo uno de tantos otros premios... millonario a los 20. No me acuerdo demasiado de mis 20, lo que sé es que no era millonaria ni por asomo... ni lo soy ahora.
Apostemos al futuro: guardemos los libritos de cuentos del nene, y compremosle el reglamento de tennis. Quitemos los Sportakus, Buzz y personajes varios de su cuarto y pongámosle mini Willys. Cambiemos las pelotas del pelotero por pelotitas de tennis ( si son reglamentarias, mejor). Si nos sale bien... en 18 años ( o sea, cuando tenga 20) yo tendré apox 50 (digamos, como para redondear). Voy a estar en la plenitud de mi vida, en especial para salir de shopping por París, New York y hasta capaz me le animo al Rodeo Drive.
Anyway, hablando un poco en serio, qué bueno que tenemos deportistas que de a rato nos hacen pensar que está bueno ser argentino!
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