viernes, 26 de febrero de 2010

Prili

A veces busco medirme frente a algunas personas, para que no crean que soy una trastornada.

Es que, hablando seriamente, Abril, mi gata, es como si fuera mi hija.

La amo como a mi vida, y sé que a ella le pasa lo mismo.

Hace unos años, cuando con menos de dos meses la llevé por primera vez a mi casa de la calle Ravignani, empezó nuestra amistad...y nuestra simbiosis.

No pasó mucho tiempo para que nos entendiéramos, con sólo mirarnos. En seguida, cada una se acomodó a la otra. A la rutina, a las necesidades, a las costumbres.

Abri fué la gran compañera de las noches difíciles, o más bien de los meses de penumbra. Siempre al lado, siempre alerta.

Abri compartió la vuelta a la vida, y con sus hermosos ojos azules, su suavidad y su ronroneo reconfortante me abrieron la puerta a nuevas oportunidades.

Con ella nos reimos, lloramos, vimos películas, y disfrutamos de noches de amigas, cumples, etc.

Ella fué y es, un medio para conectarme con el mundo desde otro lugar.

Puede sonar absurdo, pero cualquiera que me conozca, podría dar fé de lo importante que es ella en mi vida

...Es que vivimos juntas tantas cosas, tantos cambios, viajes, mudanzas, casamiento, la llegada de Tato, otra vez mudanza, vacaciones...

Y siento que siempre está ella, acompañando... con su silencio, su mirada que dice tanto, y su entrega incondicional.

Se que muchos no me entienden ni van a hacerlo.

No importa.

Yo me siento afortunada de tenerla, y de saber que para ella, somos su familia.

Eso me basta

Eso me hace feliz...




A mi adorada Prili Princess, que cumple sus primeros 8 años de vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario